Un punto de partida, que para mí es lo más entretenido, y que produce mucha ilusión, es el primer paso...
Entablar contacto con la naturaleza, salir al balcón, a la terraza, al jardín , al cerro... en busca de material tintóreo!
Pasear con la mirada atenta a ir encontrando potenciales plantas tintóreas.
Hojas, semillas, flores, cortezas, líquenes y raíces, que puedan ser recolectadas, sin hacer daño a la planta, de preferencia lo que ya ha caído al suelo, o restos de podas.
La recolección de material tintóreo, es un momento especial, donde la intuición también debe estar presente, junto a los conocimientos aprendidos.
En algunos casos basta con estar atenta en la cocina, ya que algunas verduras y frutas, también tienen capacidad tintórea.
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